A lo largo de nuestra experiencia en traslados a USA, hemos tenido que enfrentar a situaciones que una vez superadas podemos considerar como anécdotas. Os comentamos las que más nos han impactado:
- Tuvimos un cliente que me preguntó si podría llevar alguna botella de vino o de aceite de oliva porque decía que en USA de encontrarlo era caro. Como siempre, le indicamos que podía llevar alguna botella para consumo personal. Normalmente, llevan 2-3 botellas de vino 1-2 litros de aceite. Nuestra sorpresa es cuando nos manda un palet con 200 botellas de vino y 50 litros de aceite para incluir en su traslado. Su comentario, ante nuestra sorpresa, fue que lleva lo que ha calculado que consume en tres años.

Después de esto, les decimos que en principio no se recomienda y que nos indique el número de botellas que quieren llevar, porque hay que declaras en la aduana de EEUU y dependiente del estado al que se trasladen pueden llegar a pagar un importe muy alto de impuestos.
- Nos pidieron un presupuesto para trasladarse desde Madrid a Boston, una vez realizamos la visita y confirmamos el volumen nos llama el cliente para decirnos que al final no se va a Boston. Lo increíble, es que se le ocurre que le haga un presupuesto con destino a cada uno de los estados que tiene USA, porque no tiene claro dónde ir y lo iba a decidir según el coste. Finalmente, le convencimos para que decidiera primero el destino, le pusimos de ejemplo un traslado a Andalucía, con todas las provincias y poblaciones que tiene es imposible presupuestar sin saber dónde quiere trasladarse. Además, tuvimos que dejarle detallado que el presupuesto estaba sujeto a saber el destino final real, porque podría haber costes de trasbordo, acarreo, elevador exterior, etc.
- Una vez me aceptaron un presupuesto a New York, según nos indicaba se trasladaba porque le ha salido una nueva oportunidad laboral. Cuando el agente de destino se pone en contacto con el cliente para hacer la correspondiente presentación e indicarle la documentación que debe rellenar, nuestra sorpresa, es que no puede rellenarla porque no sabe nada de inglés. De hecho, realmente se iba a USA para aprender el idioma. Había decido trasladar toda su vivienda para cumplir “el sueño americano”. Lo más curioso, es que al principio si escribía alguna frase suelta en inglés, pero reconoció que lo hacía todo con un traductor. Le ayudamos en todo lo que necesitó y se trasladaron finalmente sus enseres sin ningún otro contratiempo.
- Tuvimos una cliente que aceptó un presupuesto para un traslado aéreo a USA, y ella era estadounidense que había estado tres años en España y retornaba. Hasta aquí todo bien, pero al reclamar la documentación para poder realizar su importación descubro que realmente había entrado hace tres años a España como turista por tres meses pero que le gustó tanto Madrid que decidió quedarse a vivir sin “legalizar su situación”, es decir, nunca se empadronó, ni se dio de alta en la embajada, ni hizo nada más que compartir piso con un familiar y quedarse tres años en España. Finalmente, se resolvió todo, exportamos sus enseres a nombre de un familiar español y la importación en EEUU se hizo a su nombre.